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viernes, 23 de abril de 2010

11-S

La felicidad no es una forma de existir, la felicidad solo es un cúmulo de momentos efímeros que ocurren por pura casualidad.

Una sonrisa, la certeza de que no te has equivocado, la seguridad que te da esa luz que nunca se apaga, el cariño de un abrazo, la fe en uno mismo, el deseo de progresar, la seguridad de una amistad, cumplir un sueño, controlar un sentimiento, la asimilación, el respeto. Aceptarse a uno mismo. Tenerte.

Mentí, te necesito, no te vayas.

¿Existe la posibilidad de alzarse? ¿Sujetarás mi mano cuando lo necesite? Perdiste el rumbo de tus pies. ¿Algún día me prestarás la bombilla que yo misma te regalé?

lunes, 12 de abril de 2010

Entre falsetes y silencios...

A veces me da por pensar que vivimos sobre un pentagrama musical. Presos en una red de cinco líneas presidida por la clave de todos nuestros actos; la luz del día. Más allá sostenidos en o entre líneas y símbolos (estúpidos humanos, aplicado a la vida) que alteran el tono, aumentan o reducen el intervalo y crean armonías asonantes. O rimas desquiciantes.

Así que ojo, se ha dicho. Atentos a las semicorcheas en forma de tren desbocado terminando en tresillo. Toda obra tiene su parte complicada; como la vida de cada uno, vaya. Pero la amplia ligadura que enlaza primera y segunda frase, el antes y el después, el hoy y el mañana, no se puede romper. Perdería la canción coherencia, expresión.... Ritardando provocado, en lenguaje musical y Parón y media vuelta se dice en la calle.




Pero han ido a dar con la más tonta. Me han elegido a mí para interpretar la propia sinfonía de mi vida, o de la nuestra; no he pensado enfoque todavía. Lo que sí sé es que no será nada lento. Más bien un moderato con fines de semana en swing. Síncopas de ponche con cola y platillazos cerrando compás. Una locura: timbales, viento madera retumbando, xilófonos valientes, cajas, bombos. Y de repente el dulce solo del niño. Paz, tranquilidad: dos días, a lo sumo tres. El arco del contrabajo en ataque de histeria, la tuba afónica con ganas de revancha, cuatro gotas de arpa, tambores, triángulo, redoble… y A Tempo.


Y la vida, como el baile, cuestión de agarrar el ritmo.