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viernes, 18 de junio de 2010

Amin Maalouf

No debería estar aquí. En plenos exámenes debería guardar el ordenador bajo llave y no cogerlo hasta el dos de julio, pero había algo que quería comentar y no podía aguantarme las ganas.
Partiré de una de mis últimas entradas, "los límites del conocimiento", donde comentaba que había cosas que habían despertado en mí un interés y una preocupación que estaban muertas. Pues bien, me refería concretamente a un libro, "Identidades asesinas", de Amin Maalouf, que casualmente fue nombrado la semana pasada Premio Príncipe de Asturias por, decían en el telediario, "crear puentes entre las culturas". Y nada podría describir mejor a este autor.
Yo, para ser sinceros, solo he leído ese libro, no puedo presumir de conocer toda su biografía y he de decir que llegó a mis manos por pura casualidad, por exigencia de mi profesor de "Comunicación intercultural". Sin embargo, tengo que decir que me alegro que de una u otra forma haya sido así pues, como ya he mencionado, este libro ha despertado en mí algo que no existía; algo tan increíble como la fe en el cambio. Y desde mi más humilde posición propongo que se enseñen estos libros en las escuelas; que se transmitan estos valores en las casas, pues la forma de pensar y los ideales que se defienden deben estar sustentados por fuertes pilares que sean difíciles de romper, y no hay mejor forma de conseguirlo que partiendo del conocimiento acerca de lo que queramos defender y, sobre todo, contra qué lo queremos defender, que también es muy importante.

Haré un breve resumen sobre qué podemos encontrar en este libro para comprender un poco mejor de qué trata:

Nuestro autor comienza explicando que nació en Líbano, pero habita en Francia desde hace muchos años. Comparte, por tanto, diferentes lenguas y culturas. Sin embargo, cuando sus amigos le preguntan que qué se siente más, francés o libanés, Malouf les explica que ni una cosa ni otra, ambas por igual, porque su identidad no está formada por su procedencia o su lengua, sino por miles de cosas que comparte con otras millones de personas, pero que en su conjunto le hacen un ser único. Y cuando termina de explicar todo esto le preguntan, "vale, pero entre tú y yo, ¿qué te sientes más, francés o libanés?".

Por lo general, Malouf realiza una crítica sobre la equívoca idea de identidad que mantenemos y explica que, cuando una minoría se siente humillada, la identidad se exalta: la mayoría de los genocidios basados en cuestiones de identidad no se explican mediante la locura.
Por ello, el libro de Malouf reivindica la necesidad de educarnos en un nuevo concepto de identidad, en la que a nadie se le obligue a elegir una identidad concreta porque ésta es algo compuesto. De lo contrario, estaremos creando ejércitos de asesinos.
Maalouf intenta explicar los problemas que existen entre Occidente y Oriente, cuestiones relacionadas con el islam, cuestiones acerca de la globalización o la necesidad de conocer otras lenguas como forma de comprender a otras culturas. La idea de Malouf es que no nos sintamos andaluces o españoles, sino que nos sintamos "habitantes del mundo" y comprendamos que es más lo que nos une que lo que nos separa.

Por supuesto, Maalouf profundiza muchísimo sobre cuál es el concepto de identidad que tenemos hoy en día y qué es lo que puede hacer a las personas matar por ella.

Por otra parte, he de señalar que no es un libro fácil que podamos leer en un día mientras estamos en el salón viendo la televisión, pues está plagado de ideas y sentimientos muy complejos que merecen la pena ser estudiados atentamente. Yo, personalmente, tuve que leer el libro un par de veces para comprenderlo con mayor profundidad pero, sinceramente , me mereció la pena.

No reivindica un cambio inmediato, ni propone metas fáciles de alcanzar, incluso en algunas ocasiones parecen ideas totalmente utópicas pero, como dice nuestro autor, ¿acaso no parecía imposible la igualdad entre los hombres y las mujeres?, ¿no era inconcebible la abolición de la esclavitud? ¡Claro que cuando algo se presenta como nuevo es difícil de lograr!, pero si no apostamos por ello y empezamos a cambiar podemos estar seguros de que las atrocidades que se cometen seguirán llevándose a cabo. La Humanidad ha conseguido maravillas con la lucha incesante, con la creencia de que es posible conseguirlo, ¿por qué no iba a ser con esto igual?

Por todo esto, recomiendo que se lea este libro como método para abrir nuestros horizontes, para recuperar esa convicción de que se puede conseguir "algo mejor", tan en desuso en estos últimos tiempos, en los que el optimismo parece haber quedado a un lado.
Pero, no señores, no es imposible conseguir renovar el mundo.



2 comentarios:

  1. Creo que lo has explicado tan bien que no se si leer el libro, enhorabuena por como escribes.

    Ana Belén.

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  2. Tenía mis dudas sobre si lo había expresado bien, pero ahora me quedo más tranquila!.
    Aunque, por supuesto, no se aproxima ni por asomo a la esencia del libro, así que te animo a que lo leas para comprobar por tí misma si estoy en lo cierto o no y, cuando lo hagas, te pases por aquí y me cuentes qué tal. :)
    Un saludo!.

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